Quizás el título os lleve a la idea de que la entrada es también improvisada, pero… nada más lejos de la mentira, es exactamente así.
Por si acaso...
Ahora en serio, ya era hora de que escribiera algo para el blog, de hecho a partir de ahora lo haré frecuentemente (si no lo hago creo que me matan), y no se me ocurría nada que no fuera un artículo con poca posibilidad de opinión (por mi parte claro), así que he estado un rato dando vueltas a la cabeza mientras cenaba y he recordado la cantidad de partidas improvisadas que he jugado y que he dirigido, así que me he dicho, ¿por qué no hago una entrada sobre eso? Y aquí está el resultado.
Los principios siempre son duros
Cuando empecé a jugar a rol no hacía más que jugar con mi grupo a… no era ni Warhammer, aunque usara la mayoría de sus reglas, ni al Señor de los Anillos, aunque utilizara gran parte de su ambientación, digamos simplemente que jugaba a algo de fantasía.
No era tan exagerado, pero no he encontrado nada mejor.
La cuestión es, no voy a desviarme más del tema, que el director de juego, que era casi igual de novato que los jugadores, improvisaba absolutamente todas las partidas y eso, eso tiene su lado bueno y su lado malo, empezaré con el bueno.
Lo bueno era que la libertad era absoluta, y quizás gracias a ello recuerde esa campaña como una de las mejores que he jugado, que si la partida decaía un poco el director se sacaba cualquier cosa de la manga para revivir la partida.
Lo malo es que no había relación alguna entre los personajes hasta que estos habían pasado varias sesiones juntos, que no había relación alguna con los personaje no jugadores más que la de comerciar, sacarles información, golpearles y sólo (disculpad si la acentúo en esta ocasión pero es la costumbre) de muy de vez en cuando creábamos un vínculo real.
En definitiva era una partida con sus pros y sus contras, como todas diría, y eso me lleva a… ¿para qué preparar una partida si improvisando te lo pasas pipa?
Siempre positivo, nunca negativo.
Pues porque eso vale la primera vez, la segunda, la tercera… pasado un año, pasado dos… pero entonces llegan los días en los que la creatividad (escenas sacadas de la televisión y de los libros) se termina y hay que volver a empezar, entonces todo se acabó.
Empezando a dirigir
Pero mucho antes de que todo se acabara yo también empecé a dirigir, y como no podía ser de otra forma lo hice improvisando (o robando las historias del gran Alatriste para que mis jugadores las vivieran en sus carnes).
Y la historia era exactamente la misma, al principio todo iba fenomenal, hasta que de pronto llegó el día en el que las escenas de película eran demasiado obvias, el día en el que los jugadores conocían las aventuras del Capitán sin haber leído una sola página del libro, entonces todo se acabó, y la solución fue… ¡comprar otro manual!, aunque en realidad me lo regalaron, creo que debí pillar la ¿indirecta?
Madurando en el rol
Tras los primeros años el grupo de juego empieza a madurar, a cambiar incluso, los directores cambiamos para bien (eso espero) debido al aprendizaje y sobre todo… empezamos a… ¡preparar las partidas! O en su defecto jugar módulos de otros.
El jugar una partida preparada tiene su miga, pero dirigirla es muy fácil. SI, si piensas que te has equivocado al leer puedes volver a intentarlo, dirigir una partida preparada es muy fácil, eso sí, dirigirla bien es muy complicado.
Los módulos (entendiendo por módulo cualquier partida preparada independientemente de su duración) pueden ser excesivamente rígidos, y la partida puede convertirse en un autentico raíl del que los jugadores no pueden salirse ni saltando del tren, pero a cambio se suele ganar en el resto de los aspectos, claro está que el buen módulo es aquel que ni es raíl ni le falta detalle.
Con algo de suerte hay más de uno...
El problema puede venir por parte del director de juego cuando obliga a sus jugadores a seguir el raíl con cualquier excusa mala, o bien por parte de los jugadores cuando se salen del raíl establecido por el módulo con el permiso del director. Y digo problema porque entonces no estás jugando el módulo sino que vuelves a las partidas improvisadas.
Si te la juegas...
Estado actual
Por desgracia mi estado actual sigue siendo el de madurando en el rol (y seguramente sea ese por siempre, lo bueno es que siempre me divierto y de eso se trata), aunque estoy intentando aprender de estas reflexiones, una solución que he intentado es la siguiente:
Jugar partidas improvisadas y partidas preparadas, así todos contentos. Y mejor todavía… comprar juegos pensados para una cosa y juegos para otra.
Y usted, querido lector, podrá pensar… ¿qué juegos son esos? Pues tranquilo porque lo descubrirá muy pronto en la próxima entrada.
Como director de juego no tengo experiencia en ninguna de las dos partes.
ResponderEliminarComo jugador sí, y diré que por mi parte prefiero por mucho las partidas preparadas. Quizá es que las partidas improvisadas que yo jugaba era elegir monstruos al azar del manual. Lástima que no estuviera con vosotros en la época del capitán Batiste, como dice Angélica, xD.
Buen artículo, Balan.
PD: ¿¡Por qué tú también has tenido que poner una imagen con Ash de Evil Dead!?
¿Ves, OtakuLogan? Hasta Balan apoya a Bruce Campbell, aunque sea inconscientemente xD
ResponderEliminarSi no te unes al amor por Bruce es que no tienes alma (e incluso si no tienes alma, como Balan, deberías estar amándolo).
No estoy de acuerdo en que salirse de los raíles de un mal módulo sea improvisar: yo preparo mis partidas incluso con un módulo oficial y bueno a mano. Si el módulo no lo tiene pensado, hay que planear de antemano siempre. El rol es improvisar, pero para que sea satisfactorio debe haber una base.
La ventaja de emplear algo ya creado es que puede dotarle tu propia personalidad, modificar y planear.
Yo estoy con OtakuLogan, lo mejor son las partidas preparadas. Adelanto que incluso la mayoría de los manuales que expondrás en el siguiente artículo tienen algo preparado (como tablas "aleatorias", miniaventuras...
De hecho, yo era el mayor crítico de jugar veinte veces al Señor de los Anillos o la película de turno, y lo sigo siendo.
@Axel No es lo mismo salirse de un poco de un modulo para adaptarse a una circunstancia que salirse y contar otra historia distinta.
ResponderEliminarY sobre los juegos ya opinarás en la próxima entrada, de todos modos te doy la razón en que no existe ninguno para improvisar 100%, ni tampoco lo contrario, pero la mayoría están más cerca de un extremo que del otro.
@OtakuLogan Es una lástima que no estuvieras en aquellos tiempos, pero lo bueno es que ahora sí que estás.
Y con improvisar no me refiero sólo (joer...) ha sacar bestias de un manual (no había manual), sino a inventarse giros argumentales o cosas estúpidas cada 2x3 xD.